En literatura universal se leyó un fragmento de los viajes de Gulliver que personalmente es una obra que me entretiene bastante, aunque nunca fue mi libro favorito de pequeño, leyendo este fragmento con una edad mas avanzada conseguí una nueva apreciación a esta parte del libro, ya que no me lo he vuelto a leer a parte de este fragmento, solo puedo opinar del fragmento en cuestión.
En el fragmento que leímos se puede ver un desprecio por parte de los humanos a otras especies, algo similar a como algunas personas son racistas o desprecian a los animales solo por el hecho de no ser exactamente iguales que ellos.
En el fragmento también se muestra el oportunismo de los humanos como cuando se alían con el gigante para recibir su defensa, demostrando que lo único que les importa son ellos mismos ya que solo se alían con especies distintas cuando les resulta conveniente
Fragmento en cuestión:
Primero. El Hombre-Montaña no saldrá de nuestros dominios sin una licencia nuestra con nuestro gran sello.
Segundo. No le será permitido entrar en nuestra metrópoli sin nuestra orden expresa. Cuando esto suceda, los habitantes serán avisados con dos horas de anticipación para que se encierren en sus casas.
Tercero. El citado Hombre-Montaña limitará sus paseos a nuestras principales carreteras, y no deberá
pasearse ni echarse en nuestras praderas ni en nuestros sembrados.
Quinto. Si un correo requiriese extraordinaria diligencia, el Hombre-Montaña estará obligado a llevar en su bolsillo al mensajero con su caballo un viaje de seis días, una vez en cada luna, y, si fuese necesario, a devolver sano y salvo al citado mensajero a nuestra imperial presencia.
Sexto. Será nuestro aliado contra nuestros enemigos de la isla de Blefuscu, y hará todo lo posible por
destruir su flota, que se prepara actualmente para invadir nuestros dominios.
Séptimo. El citado Hombre-Montaña, en sus ratos de ocio, socorrerá y auxiliará a nuestros trabajadores,
ayudándoles a levantar determinadas grandes piedras para rematar el muro del parque principal y otros de nuestros reales edificios.
Octavo. El citado Hombre-Montaña entregará en un plazo de dos lunas un informe exacto de la
circunferencia de nuestros dominios, calculada en pasos suyos alrededor de la costa.
Noveno. Finalmente, bajo su solemne juramento de cumplir todos los anteriores artículos, el citado Hombre- Montaña dispondrá de un suministro diario de comida y bebida suficiente para el mantenimiento de 1.724 de nuestros súbditos, y gozará libre acceso a nuestra real persona y otros testimonios de nuestra gracia. Dado en nuestro palacio de Belfaborac, el duodécimo día de la nonagésimaprimera luna de nuestro reinado.
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